Sobre las burlas ingenuas hacia el control común

El otro día estaba en... ¿X? Y me encontré con una cuenta irónica. Tal cuenta es Parodia Agenda 2023, cuyo banner dice: «no tendrás nada y serás feliz». Que creo que es de lo que se trata el budismo también risas. Me he reído viéndolo, porque sí que es muy Black Mirror. Pero ahora me dan ganas de llorar. Si lo pensamos fríamente, en este vídeo, ¿qué estamos criticando exactamente? Proveeré de una transcripción a medida que avanzamos por el post... 

Los comentarios aseguraban que se trata de «la muerte de la libertad». ¿Pero acaso no es el beneficio de todos que las personas dejen de volar a Cancún para hacer exactamente lo mismo que ya hacen en su país de origen? Comer, dormir, cagar... y lo demás. Cosas que son perfectamente posibles, con pocas excepciones, en el lugar de tu nacimiento. Los mayores placeres de la vida no son un paisaje, son los bienes básicos, apenas apreciables... ¿hasta que los haces a quilómetros de distancia de tu hogar?

Soy apolítico porque no creo en la regulación perfecta del mercado o de la vida de los ciudadanos. No creo que eso traiga ninguna felicidad. Por supuesto, la falta de ésta [regulación] tampoco. Cabe recordarlo porque hoy no voy a hablar de cómo debería manejarse el mundo [de que reglas deben aplicarse para qué motivo], sino de algo bien distinto y mucho más importante: de cómo las personas se burlan de medidas con efectos positivos reales y hacen apología de la libertad siendo su concepto de ésta el albedrío inconsciente y el abuso innecesario de recursos.

Las personas se burlan de medidas que en realidad buscan su beneficio colectivo, porque entienden la libertad como licencia, no como responsabilidad.

Iremos situación por situación para llegar al fondo de lo que realmente significa este rechazo por las medidas «seguras y eficientes»: reitero en que este texto no defiende un sistema de vigilancia total, sino una actitud madura y objetiva [en observación de causa-efecto] ante la regulación.

Ejes

  • Reflexión sobre el lujo personal y el costo común. 
  • Regulación como derecho, no como restricción. 
  • La paradoja del bienestar: lo que nos protege también nos incomoda. 
  • La falta de reflexión tras la burla hacia las políticas de control y orden.

Situación 1.

Policía: ¿Puedo ver su identificación digital, por favor?

Anciana: No la tengo, no tengo un teléfono inteligente.

— El bus marcha.

En esta situación rápidamente escucharemos el «¡hoy en día todo se hace con el maldito teléfono!». ¿Pero por qué no hablamos de lo que significa realmente evitar centralizar todos nuestros documentos?

En caso de que los mantuviéramos estrictamente en material físico, separadas todas las tarjetas, tendríamos la información igualmente vulnerable; pero además se añade el gasto de material asociado. ¿Por qué tendríamos que cargar con trozos de plástico —puesto que es la mejor opción— varios y, además, renovarlos, si ya tenemos el teléfono móvil? Desde Google Wallet, no creo que la gente haya sido tan feliz. La gente habla de como esto es para facilitar el quedarse nuestro dinero, pero realmente, si la gente no lo viera más cómodo no lo usaría. A día de hoy, tanto la tarjeta física como la digital están en vigor y, sin embargo, no conozco a nadie que sepa usar ambas que no prefiera la digital. Tampoco creo que nadie la haya perdido, a diferencia de la cantidad de personas que se han dejado la tarjeta de débito enganchada tras algún pago.

En caso de que mantuviéramos ambas opciones, tenemos el mismo conflicto de malgaste de recursos... y además de forma innecesaria, porque identificación es identificación y da igual de qué manera la cargues: las personas tenderán a aquello menos engorroso y práctico.

En caso de que la hiciéramos solamente digital, el único contratiempo sería no tener a mano ese objeto central.

En la situación del bus, imagino que la «identificación digital» también registra si puedes viajar en ese bus. Cosa con la que muchos hemos soñado: con poder hacer todo con el DNI.

Pero sorprende ver a jóvenes absolutamente aterrados del uso de tecnologías, igual que un asesino descubriendo las cámaras de seguridad. Y este es el quid de la cuestión. ¿A dónde va la gente mirando tanto para atrás?

Podemos hablar del malgaste de recursos de muchas formas distintas. La gente no sabe lo que significa: quiere decir que adiós TEX de Carrefour. ¡Quiere decir que adiós jerséis horrendos que nadie ha pedido! Quiere decir menos contaminación y veneno innecesarios, menos consumismo, ¡menos todo! Contrario a la creencia popular, la regulación no es una prohibición para ti, ¡sino un derecho! En estas situaciones, solo veremos cosas buenas para el ciudadano. ¡Pero el ciudadano las rechaza! ¡Se burla de ellas! Dice: ¡no me digas lo que tengo que hacer! ¡Ya sé morirme solo!

Situación 2.

Hombre con boina: ¿Puedo tomar otra cerveza, por favor?

Camarero: Lo siento, su identificación digital dice que ha excedido su cuota de alcohol para esta semana.

¿Y qué problema habría en cuidar la salud de nuestros ciudadanos? He soñado mucho también con esta situación. Sin embargo, la gente no quiere que la cuiden, quiere cuidarse sola. ¿Pero cuántas familias se han visto destruidas por el consumo de estos venenos?

¡Filósofo hipócrita! Pero, la cuestión no es solo esa. Incluso indirectamente, este tipo de productos tienen efectos perjudiciales en nosotros. Contienen agua, pero el agua se torna inútil en ellos. Muy probablemente, en una sociedad con buenas intenciones, este tipo de producciones son motivo de cadena perpetua, sea empresa o particular.

Y alguno dirá que eso es la «muerte de la libertad», ¿pero dónde está el provecho en ello? ¿Acaso soportarías que alguien tome tu botella para escupir en ella? Es exactamente lo que está sucediendo, solo que tienes más de una botella y lo perdonas. ¿Pero qué hay de tener que amamantar con esa botella a múltiples cachorros? Entonces nos daríamos con la guerra.

Esta situación me recuerda a cuando mi padre me exigía lavarme los dientes tras cada comida. Yo, en ese momento, me sentía muy correcto en mi «no quiero y debo tener la libertad para ello», sin embargo, él decía: «ya me lo agradecerás en el futuro». ¿Quién dice que no tendríamos tal deuda paternal con nuestro gobierno? 

Situación 3.

Azafata de vuelo: Su identificación digital dice que ya ha volado dos veces este año. Tenemos que restringir a los pasajeros con perfiles de emisiones superiores a la media.

¿Pero cuál es exactamente el gozo que encuentran todos estos ciudadanos en viajar a otro país? Yo mismo, viajo mínimo una vez al año. ¿Estoy siendo bipolar? No, pero puedo comprender la eficacia de esta medida sin tener que burlarme de ella. De la misma manera que, con deportividad, no insultas a tu rival, ganador o perdedor, puedes observar y describir fríamente sus intenciones y habilidades.

No es una idea descabellada. De hecho, la razón por la que pensamos que es una buena idea viene de nuestra cultura. Pero en un mundo de constante inmigración, habrá que ver a la familia una vez al año, ¿no? Mínimo. Pero sucede aquí un problema: ¿qué es más importante, ver a tu familia en Navidades o irte de shopping a Nueva York? Pero entonces, ¡sucede otro problema! Si ver a tu familia es mejor, ¿debes por ello renunciar a Nueva York? Y vas a ambos lugares porque puedes permitírtelo, ¿pero y si pudieras permitirte más viajes todavía? ¿Auroras Boreales una vez al año en lugar de beber del recuerdo? ¿Apuestas en Las Vegas? ¿Concierto de Katy Perry en Italia? ¡Boda en Hawái! ¿Cada cuánto piensas tú darte tu «lujo»? Porque se ha críticado mucho a celebridades por pegarse viajes innecesarios, ¿pero qué hay de tus intenciones? ¿Acaso no harías lo mismo? ¿Y por qué lo haces? No estás solo en el mundo y la libertad debe ser de medida universal. Actualmente no lo es porque no todo el mundo tiene los recursos para realizar tal o cual acción —¡y encima, eso se ve mal, se le dice «injusto», como si todo el mundo tuviera que hacer lo mismo a la vez [me recuerda a los niños de párvulos]!— pero crece el número de gente con bocas que alimentar, con espíritus que avivar, con Tierra por descubrir.

Y eso es un gran peligro, porque es el mismo motivo por el cual sucede la situación 5.

Por qué la IA tiene que soltar la pluma

A menudo veo el «la IA debería haber sido creada para trabajo manual, no creativo». Este paradigma ya lo tratamos hace tiempo con el «las personas valorarán más al que toca el piano con los pies, pese a que la melodía sea exactamente la misma¹ [aunque no literalmente]». En cuanto al tema de la IA, el trabajo creativo siempre va mucho más allá del propio trabajo. Entonces hoy hablaré de por qué la IA tiene que soltar la pluma, según el credo popular... o, hilando más fino, de por qué creen que debe hacerlo, porque nadie se pronuncia de forma clara y firme al respecto. 

Las personas no solo quieren una canción que suene bien... en realidad, tampoco quieren nada original, ya está todo inventado, y lo que a la gente le gusta no suele ser precisamente lo novísimo —ni en música, ni en pintura, ni en moda—. Todo es fácil de hacer, sin embargo, la figura del artista va mucho más allá de su obra. Uno podría pensar que la obra hecha por IA tiene cierto encanto también, pues es producto, dentro de un algoritmo, del azar divino: exactamente igual que cuando es «proeza» humana.

La diferencia es obvia: la IA es una probabilidad y la persona es eso y, además, un objeto sexual. No, perdón, no quería decir eso, ¡porque hasta los vibradores tienen IA también! Me refería a que es un objeto sexual con capacidad reproductiva. No, tampoco quería decir eso... quiero decir que es un líder, un referente... algo alcanzable, la proyección de algo que se puede ser, tener y aprovechar. Igual que cualquier otra persona, tiene algo que envidiarle y algo que echarle en cara. A la IA no se la puede envidiar ni «celebrar».

En ese sentido, una creación de IA carece de erotismo, debido a que es esa riqueza explotable biológicamente lo que vuelve magnético al artista humano.

Yo siempre he pensado que eso tiene algo que ver siempre con el sexo, con saber que la persona que canta tiene genitales, pero qué sabré yo. ¿Cuál es la diferencia entre «adorar» a Hatsune Miku y adorar a BTS? Por supuesto, ambos tienen groupies, pero mientras unos son degenerados los otros son solo «gente que lo vive demasiado». Pero, nótese esto: ¿hay alguien que «envidie» a Hatsune Miku [sin pasar por su proyección humana primero²]? Notáis que esa pasión es mucho más difícil de imaginar, ¿cierto? Eso es porque por mucho que uno quiera, Hatsune Miku es un personaje ficticio, producido. Igual que la IA. Por mucho que luego «cante», lo cierto es que es un títere, un producto. Uno no puede envidiar el producto, envidia al productor sexualmente reproducible [humano] más directo, si acaso. Quizá esta sea una forma peculiar de ponerlo en palabras, pero no la veo descabellada.

Al productor humano se lo envidia y se lo desea, al otro solo se lo consume. No puedes envidiar una chaqueta, pero puedes envidiar a quién la hace y a quienes la llevan. 

¿Cómo es posible? Hemos pasado de la belleza del arte a considerar que es probable que el gozo por el arte se deba a que existen «genes artistas» codiciados que deben ser envidiados, destruidos, reproducidos, ansiados... y esa es esa faceta «mística e inexplicable» que hace que lo producido por la IA no tenga encanto ninguno [y lo que me hace a mí sentir que nada tiene encanto alguno], que en cuanto descubrimos la «patraña» que no podemos tener qué ver con el productor, puesto que es solo un algoritmo, un bucle de Python, unas reglas sobre el papel..., de golpe la misteriosa melodía antropomórfica se torna un insalubre ritmo predecible que muchos antes habían escuchado. 

Y claro, uno puede pensar en esa canción que suena demasiado bien como para que la haya hecho una inteligencia artificial, pero recordemos que, si tan original es, tampoco lo hizo una inteligencia natural hasta pasados millones de años de evolución de una especie muy específica, y recién llevamos con la IA de la correa un par de años... que la IA pudiera obtener un ritmo ahora mismo considerable relativamente insólito, ¿lo hará más apetecible? Lo cierto es que no será apetecible hasta que un ser humano ponga sus manos en ello y lo aproveche. Y entonces aprovecharemos ese ingenio biológico. Pero no hay nada interesante en algo con lo que no puedes tener sexo, la lógica dice.

Alguien podría argumentar que estoy equivocado porque las personas sí son capaces de proyectar sus fantasías en Hatsune Miku y compran merchandising de ella, e incluso fantasean con tener una relación con ella. Ahora sucede la magia: Hatsune Miku tiene forma humana y puede ser deseada de esa manera por personas que estén profundamente decepcionadas con la realidad y necesiten hincar uñas y dientes en ese delirio sexual, pero la razón, el impulso por el cual proyectan esa fantasía confirman mi sensatez. Algo se les encogería si se encontrasen en el estudio donde producen su voz robótica, descubriendo que no se trata de una dama atrapada dentro del mundo virtual, algo así como una Aelita³, ¡sino simplemente un producto final destinado al consumo! De la misma manera, aquellos que sueñan con que hay una persona escribiendo en el chat de OpenAI, impulsado por genética y no por un procesador de NVIDIA, notarán algo cambiando en su interior en cuanto accedan a la sala de servidores, a la caldera... 

*

1: "En calidad de contenido, en variedad de léxico, en estructura... creo que sobreestimas las capacidades promedio del ser humano. Al final, son capacidades... y lo artístico es una percepción que tienes tú." y "os diré cual es la única diferencia entre una inteligencia artificial y un ser humano: la manera de nacer y la posibilidad de cópula. A ver, por supuesto, podrías, pero quiero decir que no daría lugar a un embrión. La reproducción sexual es lo único que nos diferencia de un robot, que es construido de manera proyectiva por una conciencia sí nacida de carne".

2: Menos habitual sería, envidiar a Hatsune Miku, pero sería desde la perspectiva de las cualidades si fueren otra cosa que una invención. Es decir, no se envidia Hatsune Miku de la misma manera que se podría envidiar a un ser humano, sino que primero se proyecta un ser humano con sus cualidades y luego se lo envidia a éste. De la misma manera, Hatsune es sexualmente deseable porque hay una sensación de que sus cualidades vienen de algo genético. Todo lo que hace al animal viene de unos genes. Hatsune Miku, si fuere, pues tuviere esos genes. Pero como no es, no los tiene. Sin embargo, la fantasía se sustenta en el si fuere, no en el es. 

La tecnología como mecanismo de disociación

Que Sam Altman [CEO de OpenAI, creadores de ChatGPT] promocione su empresa con la premisa de que erradicará la pobreza en el mundo es la razón principal por la que hago esta entrada. Que pueda hacerlo no es, exactamente, el problema, puesto que la libertad de expresión es un derecho humano universal —a riesgo de tener que exponerse a la ignorancia ajena y exponer la propia... el problema yace en que eso no lo convierta en el hazmerreír de la comunidad. Pero, pensándolo bien, ¿qué clase de comunidad seríamos si actuásemos en el día a día conscientes de que la desigualdad es tan natural como el respirar? ¿En qué nos convertiría actuar sabiendo que el sol no puede calentar a todo el mundo por igual? Peor, que todos queremos, abiertamente o no, un verano perpetuo, independientemente del costo.

¿Cómo te sentirías si el objetivo último de cada una de las posiciones políticas no fuera —o no pudiera ser— un futuro «mejor», sino el simple hecho de obtener poder para el hoy? ¿Es posible acaso proteger el medio ambiente? ¿Podemos todos los seres humanos vivir en un estándar elevado? ¿Podría la inteligencia artificial idear métodos que nosotros no? ¿Y por qué no podemos llegar nosotros a esos métodos? ¿Qué es lo que realmente lo impide?

La tecnología puede mejorar ciertos aspectos de la vida, pero no puede garantizar un “futuro mejor” universal, debido a limitaciones físicas, ecológicas y sociales.

A menudo se dice que el ser humano está cegado por sus pasiones innobles, lo que lo lleva al pecado de la avaricia. Sin embargo, ¿hay acaso otro tipo de pasión? Sam Altman puede desarrollar un discurso vulgar como ese, porque no se ha metido en la mollera de sus oyentes cómo funciona la realidad material, lo que le permite manipular esa realidad. «Si ignoramos el hecho de que la realidad es esta, podemos plantear como posible cualquier cosa», es el significado real detrás de sus palabras. Su promesa se apoya en una abstracción, una negación del hecho de que toda producción depende de recursos finitos, cuerpos humanos, y ecosistemas reales.

Síntesis

  • Las promesas de la tecnología (IA) para erradicar pobreza ignoran las limitaciones materiales y ecológicas.
  • La automatización, productividad y optimización reducen costos, pero no crean recursos infinitos ni solucionan desigualdad automáticamente.
  • Las mejoras temporales suelen generar boom poblacional o consumo, que anulan los beneficios.
  • El progreso es accidental y temporal, no garantizado, y cualquier discurso que lo presente como eterno es abstracto y manipulador.

La tecnología como escape de la crisis actual

Si le pregunto a su producto estrella, el ChatGPT actual, cómo sería esto posible (erradicar la pobreza gracias a la IA), me dice: «podría transformar la economía global de forma tan radical que el costo de producir bienes y servicios esenciales se acerque a cero». ¿Pero desde cuando la producción, que requiere de productos, puede tener un coste cero si de por si los productos son un coste asociado?

1. La automatización masiva del trabajo:

  • Premisa si la IA puede hacer gran parte del trabajo humano más rápido, barato y sin errores, los bienes básicos (alimentos, vivienda, energía, educación, salud) se vuelven mucho más accesibles.
  • Corrección  Puedes hacer algo más barato, pero no puedes hacerlo a coste cero. El aumento del nivel de vida general también incentiva a la población a generar más individuos. Sobre la producción de bienes básicos, las primeras consideraciones serían... 
    • La calidad de la alimentación → ¿son nuestros vegetales realmente nutritivos? ¿Qué hay de la recuperación del terreno?.
    • Las plagas y enfermedades → ¿nuestras vacas están sanas? ¿Qué tipo de antibióticos utilizamos? ¿Compensan insecticidas más agresivos para evitar la pérdida de cultivos? ¿Cuáles son los efectos de estas medidas en la salud del consumidor?.
    • El clima → ¿los animales y los vegetales se están adaptando al ritmo del cambio climático?].
    • La consiguiente sequía → ¿hay agua suficiente para destinarla al riego y a la consumición directa?.
    • La vivienda → si necesitamos más vivienda digna, ¿dónde cultivaremos? Tanto la alimentación como el techo son necesidades que dependen de un mismo recurso finito: el suelo.

Es vital considerar que más agricultores para velar un solo tomatero no produce más tomates. Y más tomateros en un suelo que solo permite dos tomateros, tampoco. 

Suecia y la paradoja del bienestar, pt. II [precisión]

Un elaborado comentario en la entrada anterior captó mi atención. La respuesta a tan largo comentario, por supuesto, iba a ser muchísimo más larga, por lo que, así como en ocasiones anteriores, no he tenido más remedio que pasarlo a una nueva entrada. Espero que esta respuesta sirva como precedente para poder evitar los siguientes errores por imprecisión. Podéis ver el comentario completo aquí

Procedo: 

Estimado Anónimo… el filósofo jamás censura, pero cabe matizar algunas de las cosas mencionadas en tu comentario. 

A: El cerebro de un ser humano y todas sus conexiones neuronales no se pueden comparar a ningún otro animal.

Sin embargo, aun si la complejidad mercantil es mayor o más burocrática que en el reino animal, la esencia perdura. Y aquí en este espacio siempre tratamos lo esencial, abstrayéndolo de las pequeñas y nimias particularidades.

A: Mola más ser una yegua que un pingüino que se tira toda su vida con una pareja. 

Muy aguda ironía, pero hay que recordar que el valor de las relaciones monógamas es completamente subjetivo (mas no sus consecuencias materiales) y que no hay ningún ataque real en esta frase, puesto que en mis entradas siempre recalco la necesidad de observar los impactos materiales últimos a la hora de tomar decisiones, y barajar según convenga. 

A: Los riesgos: "A ver si que mi hijo tenga un padre va a ser un riesgo para seguir buscando otro esperma un sábado noche". Al fin y al cabo, eso es un hombre: esperma.

Bueno, este es el típico argumento para desacreditar a las mujeres que deciden tomar este tipo de vía. Muchos hombres han tomado la decisión de prescindir del matrimonio, aunque esto tenga un equivalente con algunas diferencias respecto a la hembra. Algunos hombres que toman el matrimonio o la persecución de éste como molestia, no suelen terminar como padres solteros. 

El hijo, de hecho, es mucho mayor impedimento y responsabilidad que el marido; sin embargo, como se dice «la verdad es que los deseos reales son estos: el del hombre por la mujer y el de la mujer por el hijo», debido a la inversión dispar, un hombre no debe preocuparse por ser padre soltero, puesto que su promiscuidad puede derivar fácilmente en hijos desatendidos que suponen ya la carga de sus madres, no necesariamente deben tomarla ellos también; sin embargo, para la mujer es un impedimento mayor para proceder con normalidad.

La inversión que la mujer pone en el hombre es la dedicación del esfuerzo y tiempo en una persona que genéticamente no es fruto de ella. Emocionalmente es duro y por ello apelan este tipo de procedimientos. La mujer, consciente de los riesgos de una relación marital y capaz ella misma de generar esa copia genética tan anhelada, rechaza esa preocupación y se queda con lo que es exclusivamente «fruto de sí misma», anulando el potencial arrepentimiento del matrimonio —puesto que en la mayoría de ocasiones, el arrepentimiento viene del dolor de haberle dado un hijo a quién hizo herida, y es inusual que venga de tener el hijo en sí, propósito último para muchas personas—. 

Como saben mis lectores, soy completamente antinatalista y no apoyo personalmente este tipo de decisiones, pero puedo comprender que va más allá —en las ocasiones en que lo sea—, del querer ser sexualmente libre en los términos mencionados, que es lo opuesto a la crianza de un hijo… sin la ayuda del hombre. He conocido también casos donde la mujer, dentro de un matrimonio, debido al interés del varón por los niños, se ve capacitada para desatender el asunto. Incluso, si sabe que el matrimonio bien se sostendrá por los niños, no tendrá problema en, como dices «buscar esperma». 

A: Cuánta razón sobre la soledad de los viejos: ¿quién va a querer cuidar de una persona si no te aporta nada y antes te lo dio todo? Eso sería hacer lo correcto y tener valores.

Por supuesto, esto dependerá de la relación de cada individuo con sus predecesores. «Eso sería hacer lo correcto» es una valoración enteramente subjetiva. Nada te ata a hacer absolutamente nada bueno por tus predecesores, exceptuando la parte moral. No hay ningún beneficio material en hacerlo, si no hay remordimientos a la hora de posicionarse en lo contrario. 

A: Qué pena que Schopenhauer no leyera Apoyo mutuo de Kropotkin; vería evidencias científicas de animales cuidándose entre ellos y nos hubiéramos librado de metáforas infantiles de unos de los mayores incels de la filosofía.

No es necesario: tenemos libros de ciencia que ilustran a la perfección las diferentes ventajas y desventajas de las prácticas altruistas, con sus respectivos beneficios materiales directos. Como se vio en El gen egoísta, una acción positiva para la comunidad viene con un efecto positivo para el individuo. 

Hay una diferencia substancial entre no recomendar la solidaridad —o como se le llame al «cuidado de viejos» en tu filosofía personal— y enumerar sus efectos positivos, negativos y neutrales. No promuevo la acción o inacción —excepto en el parir—, puesto que considero más importantes las consecuencias y la libertad de escoger, que la acción en sí. Tu charla sobre los «valores» y «lo correcto» pierde de vista los efectos y se centra en tu valoración subjetiva personal. 

Suecia y la paradoja del bienestar

Hoy desmenuzaremos el fenómeno de la paradoja del bienestar, sobre el controversial tema de la interdependencia y del valor de las relaciones humanas, especialmente las maritales. Recorreremos el vídeo de una chica que a su vez comenta un documental sobre la «solitaria» vida sueca.

Vídeo: ¿Por qué NO te enamoras? El experimento Sueco lo explica.

Introducción

Reside en el corazón de muchos el deseo porque un conjunto de políticas sociales o legales modifique la realidad material y nos convierta en seres capaces de amar eterna y desinteresadamente a la figura del conyugue. A estos corazones no les importa el por qué, solo el cómo, y precisamente por eso caen en la más desoladora frustración, viendo como el mercado sexual y las relaciones románticas parecen haber perdido toda su solidez con el paso de los tiempos... pero como siempre, el filósofo no se lleva las manos a la cabeza: se lleva una al mentón. Y observa, ¡vaya si observa!, con una mirada cruda, el panorama movimiento del cual es mera ilusión.

El primer error que cometen estos corazones es pensar que hay una razón espiritual y divina detrás de las relaciones humanas. Piensan que es algo místico y no sinónimo a las relaciones que tienen los animales. Piensan que debe haber algo más, en nuestra complejidad emocional. Sin embargo, las bases de la existencia son las mismas para todas las criaturas. Los rituales de apareamiento, el comportamiento de ambos géneros, la evaluación de riesgos... todo esto se observa en los animales que, incluso sin políticas pro o anti-natalidad, regulan su comportamiento con la idea de que están haciendo las cosas lo mejor posible... para sí mismos.

El macho es, para la hembra, lo que es un macho para una hembra. No hay ninguna misticidad en lo que la yegua quiere del caballo. Sin embargo, estos corazones buscan vislumbrar en lo que la mujer quiere del hombre algo que no concierne al resto de mamíferos. Una dimensión del romanticismo que debe ser posible, porque por algo el ser humano escribe poesías... ¿pero de qué son estas poesías? ¡Si son de lo mismo que hacen los animales! ¡Pero si son ofrendas, si son cortejo, si son besos, tensión y sexo! ¡E infidelidad y promiscuidad! ¡Y de comerse los hijos del vecino para alimentar a los tuyos! ¡O de alimentarte de tus propios hijos! ¿Qué es exactamente lo que buscan atajar estos corazones?

Pero no creo, no, que el video que venimos a tratar haya sido maquinado originalmente por estos corazones. Creo que hay una intención puramente científica en la observación de estos fenómenos sociales y una impresión del público equivocada, por ende. El público comenta esta pieza delirando sobre equilibrio mental, sobre cómo el sexo opuesto es demasiado interesado, cruel, frío... otros, sí, hablan de su experiencia positiva con las relaciones y no tienen mucho que aportar, solamente hablan de que son felices con lo que tienen. ¡Estupendo! Todos debemos entender que la felicidad de uno no es la felicidad del otro y que Dios no nos ha configurado a todos para seguir el mismo camino. Cada uno tiene su posición y ninguna es mejor que la otra... y el obrero en este caso, no quiere, no debe ser arquitecto, porque cuando lo sea se dará cuenta de que no tiene madera para ello. Un obrero debe conocerse y reconocerse: quien no desee una pareja debe ser feliz con esta idea también y no dejarse taimar por los deseos y consejos ajenos

Uno debe entender que es la yegua, además, qué es la yegua y qué hará con esa información. ¿Qué desea tu corazón? Y ahora sí, procedemos con el contenido del vídeo: 

Madres solteras, viejos aislados y suicidios

[Desde 3:00]

Comenzamos con el hecho de que en Suecia se da la tasa más alta de madres solteras y, por consiguiente, el banco de esperma más grande del mundo, controlado por el Estado.

Entonces surge una pregunta: ¿por qué una mujer eliminaría de su mente la idea de tener a un hombre para procrear? La respuesta es idéntica a la de por qué lo haría con la idea de que un hombre debe apoyarla económicamente: porque es posible y porque todas las decisiones comportan un riesgo propio. Una madre soltera de esta índole es una mujer que planificó esta decisión cuidadosamente debido a que evaluó los riesgos, la sociedad no la condenó por ello, y efectuó. De la misma manera, una mujer que carga con todos los gastos financieros en su hogar, sola o no, es una mujer que ha tomado esa decisión evaluando los riesgos asociados. ¿Qué lleva a una mujer a...? Exactamente lo mismo que lleva a cualquier persona a tomar cualquier tipo de decisión.

La evaluación de riesgos no es una enfermedad mental o el producto del «progresismo», y todos podríamos hacer una lista de ventajas y desventajas a la hora de planificar la procreación en pareja, de la misma manera exacta en la que uno cavilaría sobre la posibilidad de fundar una empresa solo o con socios. Estoy segura de que en Suecia saben de sobras como orientar a las mujeres a este respecto.

El vídeo comenta a continuación que debido a la escasa interdependencia, las personas mueren y pasan desapercibidas. Es decir, una persona fallece en una casa y, por el aislamiento social, no se dan cuenta de ello hasta que ya rezuma el olor. Esta es una escena trágica, pero que recuerda a la necrofilia: uno piensa en la persona como viva, no como muerta. Tu, utilizando tu gloriosa empatía evolutiva, piensas, erróneamente, que se trata de una persona consciente de su descomposición —igual que la violación de una mujer muerta es como la violación de una mujer viva en tu imaginación—, se lamenta por estar «sufriendo» en soledad, cuando en realidad, no está sintiendo nada en lo absoluto. La imagen es desoladora porque el ser humano no puede comprender fácilmente la condición de muerto. Este problema es raíz de muchísimos hitos bíblicos. Nuestra empatía evolutiva" está diseñada para imaginar sufrimiento ajeno en cuerpos vivos; ante un cadáver, ese mecanismo se distorsiona y genera una ilusión moral irracional.

Se comenta que en el documental una de las casas que visitan para recoger el cadáver es el producto de un suicidio, lo cual es totalmente alarmista. Habrán miles de casos, pero el documental está enfocado en remover la conciencia del que lo escucha. ¡Mirad lo que sucede en un lugar desarrollado y alto nivel de vida! ¡La gente se suicida porque no tiene novia y los hijos no los llaman! El pasto no es más verde al otro lado, es azul.

«La soledad es un gran problema en este país», ¿cómo es eso posible? En el documental, la trabajadora encargada de estos casos de... recogida, dice:

— Debemos cuidarnos de nosotros mismos. Ya no formamos parte de una familia, de un grupo... ¿a quién pides ayuda? — ¿Pero ayuda para qué? Eso no se comenta. Porque no hay un rumbo para la vida humana, después de todo, un deseo definido con el que todos estemos satisfechos y de acuerdo. 

«El ansia de la independencia les ha desbordado. ¿De qué sirve ser muy rico si estás completamente solo? [...] La gente está muy sola, aislada, sobre todo la gente mayor», y es de una hipocresía monumental. No conozco a nadie que quiera tratar con gente estúpida o senil. «Cruz Roja ha tenido que iniciar una campaña para motivar a la población a que cuiden a la gente mayor», por supuesto, ¿quién querría pasar tiempo con una masa arrugada que no suelta nada coherente por su boca? Todas esas personas que dicen que los abuelos deberían estar más atendidos, ¿hace cuánto que no llaman a su abuelo? Me pondré más específico: ¿hace cuánto que no bufan, hablando con un mayor, o que escuchan únicamente por la civil y recatada obligación de ser buenas personas?

El otro día, un amigo me hablaba de lo superficiales que eran las relaciones hoy en día, ¿no? Lo decía así al aire. Hablaba de cómo tendríamos que enseñarnos tal o cual cosa entre nosotros... entonces, yo, mientras me calzaba, dije:

¿Acaso hay alguna política que le diga a la gente que debe comer? [No, qué, sino que] ¿Acaso hay alguna política que le diga a la gente que debe respirar? ¿Acaso hay alguna política que le diga a la gente que debe masturbarse? Sin embargo, hay todo tipo de elucubraciones para mantener a la gente unida, especialmente los matrimonios. ¿Puede ser que, después de todo, un matrimonio no suponga un beneficio rotundo y que el cerebro lo entienda como tal y lo haya desechado? De la misma manera que uno se acostumbra a comer blandito, con las ventajas y desventajas de ese tipo de dieta... las relaciones humanas no desaparecen, ni se desvalorizan objetivamente: se transforman, sus posibilidades aumentan. Y entonces, se demuestra el verdadero interés