Suecia y la paradoja del bienestar

Hoy desmenuzaremos el fenómeno de la paradoja del bienestar, sobre el controversial tema de la interdependencia y del valor de las relaciones humanas, especialmente las maritales. Recorreremos el vídeo de una chica que a su vez comenta un documental sobre la «solitaria» vida sueca.

Vídeo: ¿Por qué NO te enamoras? El experimento Sueco lo explica.

Introducción

Reside en el corazón de muchos el deseo porque un conjunto de políticas sociales o legales modifique la realidad material y nos convierta en seres capaces de amar eterna y desinteresadamente a la figura del conyugue. A estos corazones no les importa el por qué, solo el cómo, y precisamente por eso caen en la más desoladora frustración, viendo como el mercado sexual y las relaciones románticas parecen haber perdido toda su solidez con el paso de los tiempos... pero como siempre, el filósofo no se lleva las manos a la cabeza: se lleva una al mentón. Y observa, ¡vaya si observa!, con una mirada cruda, el panorama movimiento del cual es mera ilusión.

El primer error que cometen estos corazones es pensar que hay una razón espiritual y divina detrás de las relaciones humanas. Piensan que es algo místico y no sinónimo a las relaciones que tienen los animales. Piensan que debe haber algo más, en nuestra complejidad emocional. Sin embargo, las bases de la existencia son las mismas para todas las criaturas. Los rituales de apareamiento, el comportamiento de ambos géneros, la evaluación de riesgos... todo esto se observa en los animales que, incluso sin políticas pro o anti-natalidad, regulan su comportamiento con la idea de que están haciendo las cosas lo mejor posible... para sí mismos.

El macho es, para la hembra, lo que es un macho para una hembra. No hay ninguna misticidad en lo que la yegua quiere del caballo. Sin embargo, estos corazones buscan vislumbrar en lo que la mujer quiere del hombre algo que no concierne al resto de mamíferos. Una dimensión del romanticismo que debe ser posible, porque por algo el ser humano escribe poesías... ¿pero de qué son estas poesías? ¡Si son de lo mismo que hacen los animales! ¡Pero si son ofrendas, si son cortejo, si son besos, tensión y sexo! ¡E infidelidad y promiscuidad! ¡Y de comerse los hijos del vecino para alimentar a los tuyos! ¡O de alimentarte de tus propios hijos! ¿Qué es exactamente lo que buscan atajar estos corazones?

Pero no creo, no, que el video que venimos a tratar haya sido maquinado originalmente por estos corazones. Creo que hay una intención puramente científica en la observación de estos fenómenos sociales y una impresión del público equivocada, por ende. El público comenta esta pieza delirando sobre equilibrio mental, sobre cómo el sexo opuesto es demasiado interesado, cruel, frío... otros, sí, hablan de su experiencia positiva con las relaciones y no tienen mucho que aportar, solamente hablan de que son felices con lo que tienen. ¡Estupendo! Todos debemos entender que la felicidad de uno no es la felicidad del otro y que Dios no nos ha configurado a todos para seguir el mismo camino. Cada uno tiene su posición y ninguna es mejor que la otra... y el obrero en este caso, no quiere, no debe ser arquitecto, porque cuando lo sea se dará cuenta de que no tiene madera para ello. Un obrero debe conocerse y reconocerse: quien no desee una pareja debe ser feliz con esta idea también y no dejarse taimar por los deseos y consejos ajenos

Uno debe entender que es la yegua, además, qué es la yegua y qué hará con esa información. ¿Qué desea tu corazón? Y ahora sí, procedemos con el contenido del vídeo: 

Madres solteras, viejos aislados y suicidios

[Desde 3:00]

Comenzamos con el hecho de que en Suecia se da la tasa más alta de madres solteras y, por consiguiente, el banco de esperma más grande del mundo, controlado por el Estado.

Entonces surge una pregunta: ¿por qué una mujer eliminaría de su mente la idea de tener a un hombre para procrear? La respuesta es idéntica a la de por qué lo haría con la idea de que un hombre debe apoyarla económicamente: porque es posible y porque todas las decisiones comportan un riesgo propio. Una madre soltera de esta índole es una mujer que planificó esta decisión cuidadosamente debido a que evaluó los riesgos, la sociedad no la condenó por ello, y efectuó. De la misma manera, una mujer que carga con todos los gastos financieros en su hogar, sola o no, es una mujer que ha tomado esa decisión evaluando los riesgos asociados. ¿Qué lleva a una mujer a...? Exactamente lo mismo que lleva a cualquier persona a tomar cualquier tipo de decisión.

La evaluación de riesgos no es una enfermedad mental o el producto del «progresismo», y todos podríamos hacer una lista de ventajas y desventajas a la hora de planificar la procreación en pareja, de la misma manera exacta en la que uno cavilaría sobre la posibilidad de fundar una empresa solo o con socios. Estoy segura de que en Suecia saben de sobras como orientar a las mujeres a este respecto.

El vídeo comenta a continuación que debido a la escasa interdependencia, las personas mueren y pasan desapercibidas. Es decir, una persona fallece en una casa y, por el aislamiento social, no se dan cuenta de ello hasta que ya rezuma el olor. Esta es una escena trágica, pero que recuerda a la necrofilia: uno piensa en la persona como viva, no como muerta. Tu, utilizando tu gloriosa empatía evolutiva, piensas, erróneamente, que se trata de una persona consciente de su descomposición —igual que la violación de una mujer muerta es como la violación de una mujer viva en tu imaginación—, se lamenta por estar «sufriendo» en soledad, cuando en realidad, no está sintiendo nada en lo absoluto. La imagen es desoladora porque el ser humano no puede comprender fácilmente la condición de muerto. Este problema es raíz de muchísimos hitos bíblicos. Nuestra empatía evolutiva" está diseñada para imaginar sufrimiento ajeno en cuerpos vivos; ante un cadáver, ese mecanismo se distorsiona y genera una ilusión moral irracional.

Se comenta que en el documental una de las casas que visitan para recoger el cadáver es el producto de un suicidio, lo cual es totalmente alarmista. Habrán miles de casos, pero el documental está enfocado en remover la conciencia del que lo escucha. ¡Mirad lo que sucede en un lugar desarrollado y alto nivel de vida! ¡La gente se suicida porque no tiene novia y los hijos no los llaman! El pasto no es más verde al otro lado, es azul.

«La soledad es un gran problema en este país», ¿cómo es eso posible? En el documental, la trabajadora encargada de estos casos de... recogida, dice:

— Debemos cuidarnos de nosotros mismos. Ya no formamos parte de una familia, de un grupo... ¿a quién pides ayuda? — ¿Pero ayuda para qué? Eso no se comenta. Porque no hay un rumbo para la vida humana, después de todo, un deseo definido con el que todos estemos satisfechos y de acuerdo. 

«El ansia de la independencia les ha desbordado. ¿De qué sirve ser muy rico si estás completamente solo? [...] La gente está muy sola, aislada, sobre todo la gente mayor», y es de una hipocresía monumental. No conozco a nadie que quiera tratar con gente estúpida o senil. «Cruz Roja ha tenido que iniciar una campaña para motivar a la población a que cuiden a la gente mayor», por supuesto, ¿quién querría pasar tiempo con una masa arrugada que no suelta nada coherente por su boca? Todas esas personas que dicen que los abuelos deberían estar más atendidos, ¿hace cuánto que no llaman a su abuelo? Me pondré más específico: ¿hace cuánto que no bufan, hablando con un mayor, o que escuchan únicamente por la civil y recatada obligación de ser buenas personas?

El otro día, un amigo me hablaba de lo superficiales que eran las relaciones hoy en día, ¿no? Lo decía así al aire. Hablaba de cómo tendríamos que enseñarnos tal o cual cosa entre nosotros... entonces, yo, mientras me calzaba, dije:

¿Acaso hay alguna política que le diga a la gente que debe comer? [No, qué, sino que] ¿Acaso hay alguna política que le diga a la gente que debe respirar? ¿Acaso hay alguna política que le diga a la gente que debe masturbarse? Sin embargo, hay todo tipo de elucubraciones para mantener a la gente unida, especialmente los matrimonios. ¿Puede ser que, después de todo, un matrimonio no suponga un beneficio rotundo y que el cerebro lo entienda como tal y lo haya desechado? De la misma manera que uno se acostumbra a comer blandito, con las ventajas y desventajas de ese tipo de dieta... las relaciones humanas no desaparecen, ni se desvalorizan objetivamente: se transforman, sus posibilidades aumentan. Y entonces, se demuestra el verdadero interés

Una madre soltera que reniega de la necesidad de mantener un hombre a su lado, porque puede tener lo que realmente quiere: un hijo; un hombre soltero que reniega de la mujer porque puede tener lo que realmente quiere: sexo; y un hijo que puede ignorar a su padre o su abuelo porque no quiere saber nada de él y está en todo su derecho de no querer hablar con tal o cual persona, sea esta de la familia o del mero vecindario... todos estos casos son espléndidos ejemplos de cómo el verdadero interés sale a relucir cuando las posibilidades son infinitas. Pero, como con todo en la vida, y esto es algo que los corazones difícilmente entienden: nada es perfecto y una evaluación de riesgos jamás exime de perdidas; no, más bien: ganar en algo no te exime de perder en otra cosa. Cada uno debe observar su vida con detenimiento y preocupación por mejorarla: pero también con maquiavélica conformidad, puesto que no hay razón para buscar la perfección, aunque sí la paz y la iluminación. Entender esta imperfección es el mandamiento principal. 

«No tienes a nadie que te de un abrazo, simplemente un formulario», ¿pero en qué momento se dio cuenta una persona de que quería un abrazo? Uno tiene una vida entera para asentarse en un lugar donde vayan a abrazarlo, pero a veces uno simplemente quiere lo que no tiene y cuando lo tiene, quiere otra cosa. Una persona puede pasarse toda la vida soñando con un matrimonio y luego desecharlo. Y esto no tendría nada de malo, pero a menudo sucede por esa ilusión del pasto verde. El pasto verde es una opinión, no una realidad material y absoluta. Esta persecución por la satisfacción que no está fuera, sino dentro. La plenitud no está en un abrazo, puesto que como decía Schopenhauer en su dilema del erizo (extractos de Wikipedia, entrada muy interesante que conviene leer):

«En un día muy frío, un grupo de erizos que se encuentran cerca sienten simultáneamente una gran necesidad de calor. Para satisfacer su necesidad, buscan la proximidad corporal de los otros, pero cuanto más se acercan, más dolor causan las púas del cuerpo del erizo vecino. Sin embargo, debido a que el alejarse va acompañado de la sensación de frío, se ven obligados a ir cambiando la distancia hasta que encuentran la separación óptima (la más soportable)».

En resumen: «Schopenhauer comparó el dolor que producen las relaciones humanas con unos erizos que deben juntarse para no morir de frío aun si se dañan».

Hay una reacción aún más exacerbada porque gracias al ejemplo de nuestros los padres, las personas tienden, en un acto de rebeldía narcisista, a pensar que sus decisiones son más inteligentes. El retoño de una familia biparental fallida, podría pensar que la salvación está en otro sitio inequívocamente. Pero esto es precipitado: nada es perfecto como tal, pero, ¿con qué estarías más tranquilo? Como solo se puede vivir una vida, es casi imposible determinarlo, pero lo que sí puedes hacer es asimilar la verdad: el pasto nunca fue más verde en ningún sitio, es siempre azul.

Las pequeñas comunidades de «conexión»

[Desde el minuto 7:00]

La chica del vídeo dice que es un poco incómodo el extremismo al que se han visto «empujados» algunos residentes del país, recurriendo a una especie de sectas de conexión emocional y espiritual. «Se dan abrazos, se miran a los ojos, dan amor, reciben amor, viven en el bosque», vaya, lo que son los perroflautas de toda la vida. Seguramente también consumen drogas y mantienen orgías entre todos los miembros del grupo. Los que más y los que menos tenemos una opinión sobre este tipo de hippies. Tiraré la primera piedra: son personas vulgares, ya lo he dicho. Gente que vive en un mundo de absoluta fantasía erótica, pero es lo que tiene querer comerse el mundo... literalmente.

En el documental aparece una chica que por estar en busca de una conexión sincera, de amor, con otros seres humanos, se lía en este grupo de hippies hipersexuales. ¿Alguien puede darme una definición de «conexión genuina»? Porque termina siendo todo alrededor de tocar indiscriminadamente a la mayor cantidad de gente posible, con todo lo que ello acarrea emocional y físicamente... con otros riesgos diferentes a los de la «soledad». Hay una razón por la cual es mejor no empezar a salir con alguien el primer año de carrera...

Entonces, la comentarista reitera en su sorpresa y formula otra pregunta clave: «¿Cómo encontrar el equilibrio?».

Claro, son los extremos los fáciles... es el equilibrio lo que... ¿qué? ¿Qué sucede? ¿Qué hay de malo en querer practicar orgías con tus amigos perroflautas? Instaurando tu propia visión del equilibrio y de los excesos en tu audiencia... ¿qué hay de no-equilibrado en este tipo de actividades? Y son este tipo de suposiciones, de opiniones, las que hacen mella en la felicidad ajena. ¿Por qué un perroflauta debería cuestionarse su condición perroflautista? Osada es la pretensión.

El papel de los hombres y la teoría 80/20

[Desde el minuto 8:00]

Muchas mujeres ya no piensan que un hombre sea necesario, puesto que pueden satisfacer sus necesidades sin uno: hijos, sexo, cobijo y seguridad. Ya no es necesario tener un marido para ser reconocida en la sociedad, por lo que, ¿para qué? Pues una sencilla evaluación de ventajas y desventajas explicará por qué sucede esto. Creo que todos podemos entender por qué una mujer no querría ser vulnerable con un hombre; y viceversa. Entonces, ¿de dónde nace esta sorpresa?

«En parte, uno de los motivos, es porque no encuentran una pareja que consideren "a la altura", este fenómeno [se llama la teoría 80/20], que dicta que el 80% de las mujeres tienden a solo sentirse atraídas por el 20% de los hombres».

Por decirlo de una manera clara: todas las mujeres pueden parir sin involucrar al hombre, pero los hombres tienen múltiples y variadas aplicaciones, en contraposición, por lo que hay que ser un poco más exigentes con ellos. 

¿Una mujer debe protegerte? No, para eso están los hombres: entonces su altura y masa muscular no importan. ¿Una mujer debe ser sumamente inteligente para parir? No, entonces su cerebro no importa y su personalidad apenas. ¿Una mujer debe tener una voz gruesa para mostrar autoridad? La autoridad es cosa de la planificación militar, y una mujer no debe jugar el papel de capataz. ¿Acaso un hombre se ve vulnerable ante la planificación familiar, como lo hace una mujer, excluyendo la intervención legal del Estado? ¿Sigo? 

→ El riesgo de una mujer a la hora de planificar la procreación con un hombre es por mucho superior a la de un hombre y, por lo tanto, ¿por qué se arriesgaría a llevarse la decepción de su vida encontrando al querido padre de sus hijos cometiendo algún tipo de acto que pudiera hacer que su estómago se revolviera?

Todas las mujeres nacen para parir [potencialmente], pero no todos los hombres nacen para procrear [potencialmente]: los hombres tienen su lugar en el sacrificio corporal también, por el equipo, ¿me hago entender? Debe haber un pobre descualificado luchando por levantar Roma con las manos llenas de callos. Cualquier hombre puede ser un buen obrero. No hay necesidad de despreciar a los obreros por ello, eso es extremadamente clasista y esnobista.

El adjudicar esta evaluación de riesgos a una «mentalidad progresista» es soez. Primero se dieron las condiciones materiales y luego se abrió esta nueva puerta, de nuevas ventajas y desventajas, que sucede que es apetecible para aquellas personas que desean vivir su vida con una moderación calculada. No es para todos —desde luego, no es para mí—, pero si dejo de verlo como el resultado de una cultura y lo empiezo a ver como el resultado de una evaluación material, totalmente humana y natural, encuentro una aplicación más, con tantas fallas como cualquier otra planificación familiar.

«El 80% de los hombres se sienten fuera del juego, se sienten rechazados, no son elegidos», porque cuando una mujer puede apoyarse por sí sola, ¿qué es lo que aporta un hombre si no es una conducta impecable, atractivo físico y un sustento superlativo? Por fin la mujer es capaz de ejercer sus derechos reproductivos como quiera —que no quiere decir que sea siempre positivo en todos los ángulos, pero ahora tiene más potestad que nunca para elegir su destino— y se vuelve, como es lógico, «caprichosa», que solo tiene una connotación negativa cuando quieres dársela. A todos estos hombres que se resienten, solo tengo una pregunta: ¿si tanto te desagradan las mujeres, por qué no mejor dejas de prestarles atención? Porque, de nuevo, seguimos en la perpetua búsqueda del pasto verde y de la fantasía: «las mujeres no deberían ser así, por eso hablamos de como deberían ser», pero esto es lo mismo que los comunistas alegando que el mundo es cruel y que, por lo tanto, hay que cambiarlo, en lugar de enfrentar la realidad, de mirarla a los ojos. 

«Antes te casabas con quien tuvieses cerca, porque te lo mandaban tus padres, por cuestiones de raza, de género...», hoy en día, con la libertad, se puede elegir. ¡Y salen otros problemas diferentes! Me recuerda a cuando se decía que el matrimonio con múltiples mujeres era lo mejor para ellas, porque así si el varón deseaba una mujer más joven, debía hacerse cargo también de la vieja y por lo tanto ninguna quedaría desplazada. Por supuesto, hay ventajas y desventajas...

La chica saca un libro titulado: No siento nada, de Liv Strömquist. Ya sabéis lo que pienso de este tipo de libros con gráficos pusilánimes. Poco refinado, poco elegante. 

«Tal vez no se puede usar solo la razón [para elegir]. A veces hacemos caso a una especie de intuición, no todo es tan fácil como hacer una lista de pros y contras». Esto es importante de aclarar: es así de simple, pero los elementos de esa lista tienen un peso diferente para cada persona. Dos personas podrían terminar escribiendo la misma lista, pero sintiéndose de forma totalmente diferente respecto a ésta. Es importante entender que pese a que muchos se vean en las mismas circunstancias, todos tenemos una opinión propia respecto al valor de las cosas. Y esta en nuestra libertad. También hay libertad para ser superficial y tomárselo todo a broma, ahora que se puede. Y solo demuestra la pureza, las múltiples desviaciones que hubieren tomado nuestros antepasados si la represión social y la coerción de los recursos limitados no hubieran constreñido sus exigencias.

Entonces, sale otra pregunta clave: ¿Qué pasa cuando buscamos unos atributos específicos en una persona y cuando encontramos a quien los reúne, nos topamos con que tiene otras deficiencias?

La respuesta que yo daría es que una persona tiene que, a prueba y error, entender qué le va mejor emocional y racionalmente. ¿Cuál es la prioridad en tu vida? Os diré lo que yo, personalmente, busco en una pareja: tranquilidad y compasión. Una persona afable, serena, que jamás grite. Vaya, que sea mi opuesto exacto. No nací pensando de esta manera. Cuando finalmente me reafirmé en que quería contraer matrimonio, busqué a una persona interesada por lo mismo que yo, que escuchara y pudiera entender al milímetro cada uno de mis pensamientos y exigencias, que viviera mi furor. Pero, ¿para qué quiero a una persona constantemente indignada como yo, cuando puedo tener a quien me complemente? Además, es mucho más sencillo de encontrar... ¿y qué hay si hay un individuo así y no se viste como yo quiero? Ese es el ejemplo que pone la chica del vídeo... bien, yo le compraré la ropa. Ahí es mi apuesta.

Pero esta premisa de que hoy en día no se aguanta nada es triste, porque es evidente que hay dos caras para esta moneda. Su analogía de: «compras un sofá, le ves un fallo y lo quieres devolver» siento que desvaloriza o desprestigia a quienes buscan con ahínco algo que les haga sentir cómodos. Si bien no existe el bolso perfecto que se amolde a todas tus necesidades, a todas las ocasiones de la vida, un bolso con agujeros o con un asa incómoda no querrás mantenerlo. Y eso está bien. Cada uno tiene unas necesidades, solo hay que encontrarlas. Por supuesto, animo a todos a trabajar esas cosas que quieran trabajar, si se ven en la paciencia... pero no ignores las enseñanzas que con el tiempo se dan. Arriésgate y prueba y reconocerás esas necesidades en tu interior. ¿Quieres a una persona que comparta tu pasión, a costa de todo lo demás? ¿A una persona con carácter, a costa de todo lo demás? ¿Quizá buscas humor? ¿Control? ¿Dinero? ¿Qué es aquello innegociable? ¿Qué es aquello que compensaría todo lo demás?

Etiopía y la farsa de la idílica igualdad

[Desde el minuto 12:30]

Es habitual hablar también del otro extremo: lugares subdesarrollados donde prima la tradición y que, sin embargo, son «felices con muy poco».

El vídeo comenta los principales factores de la felicidad:

  • La calidad de las relaciones como primer punto.
  • La salud.
  • El propósito.
  • La comunidad.

Y se habla de como el aumento del nivel de vida no hace que la felicidad aumente proporcionalmente entre los miembros de la comunidad. «Si tu ganas más que otros y tienes mejor calidad de vida que los de tu alrededor, sí que tiendes a sentirte más feliz; sin embargo, cuando toda la sociedad sube de nivel económico, también suben las expectativas y se establece la habituación». A esta sensación de monotonía se le acuña el término de: «adaptación hedónica». Por supuesto, las expectativas sobre la vida deben ser moderadas, [¿o no? Quiero decir realistas, consecuentes, frías, sanas] como llevo diciendo durante todo el vídeo. La realidad es una, luego ya, tus sensaciones, otras, y tu opinión para con todo ese conjunto de hechos y sentimientos, decisión enteramente tuya.

«En el hospital de Etiopía, los enfermos siempre van acompañados, cosa que no se ve en Suecia. Esto podría ser por la falta de seguridad, que te permite agarrar de forma más fácil... aunque también lo necesites cuando tienes mucho dinero, de repente ahí todo se vuelve más superficial». ¿Qué es esta superficialidad sueca? Esas familias de Etiopía, que no se tienen más que a ellos mismos, ¿cómo los vas a fragmentar? Si pese a las discusiones, estas familias aguantan, soportan, porque económicamente se necesitan... pese al malestar, a los juicios, no pueden separarse por más que quieran, entonces, se resignan y dicen: está bien, esta es mi gente y es mi deber. Cuando el erizo no tenga ya más frío, ¿por qué querría pincharse? Y ya no tendrá calor, eso es cierto, pero tampoco frío ni dolor. Y es una elección personal y que depende de la tolerancia de cada uno. Los que hayan venido al mundo para expresar y reivindicar su identidad, que lo hagan, del «bando» que sea.

El vídeo concluye comentando que algunos países buscan fomentar la natalidad con incentivos económicos, porque de lo contrario los sistemas de pensiones pueden colapsar. Y es que todo está sostenido en la interdependencia. Pero, que hagan como yo siempre he dicho: cada uno a ahorrar sus cosas y a dejarse de dependencias. Veamos de qué está el ser humano hecho realmente.

*

Una mujer comparte: «Tengo varias enfermedades crónicas y dependo totalmente de mis padres para sobrevivir porque no tengo recursos propios. Además por mi estado no puedo mantener fácilmente el contacto con mi entorno de amigos, ni quedar para conocer posibles parejas, ni mantener actividades (voluntariado, senderismo, etc.) que me gustan» y dice ser feliz, ¡porque tiene madera para ello! Está bien si en su lugar tú te hubieras cortado las venas. Hay un lugar para cada individuo. Todos tenemos derecho de sentir a nuestra manera.

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